Cada
vez que pregunto a alguien si quiere realizar un curso de socorrista
acuático o si conocen a alguien que quiere hacerlo, observo la reacción
de sorpresa y oigo preguntas como ¿Para qué sirve? ¿Para trabajar en la
playa? ¿Cuánto vale? ¿Se ofrece el trabajo después? ¿Es solo para nadar?
etc. Aquí os presento varias razones para realizarlo.
Trabajar como socorrista acuático
En
la época en la cual nos encontramos, la salida laboral es el punto más
interesante para la mayoría de alumnos potenciales. Cada alumno que
termina satisfactoriamente el curso con la calificación de APTO,
entra en la bolsa de trabajo de Seguriocio y obtiene la oportunidad de
trabajar en diferentes instalaciones acuáticas, tanto en el verano como
en el invierno.
Financiación del curso
Para
Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento, cada alumno es importante,
ya que detrás de cada socorrista acuático hay vidas humanas, cada
socorrista acuático está formado para salvar vidas y cuantos más
socorristas acuáticos tengamos – mayor es la posibilidad de evitar
muertes por accidentes, porque quizás la ayuda a un bañista en situación
de peligro, no llegue a tiempo.
Luchando
contra la crisis económica que aumenta desigualdad de oportunidades y
desempleo juvenil, Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento, ofrece
cursos con la posibilidad de un pago inicial de solo 80 €, para que cada uno tenga una oportunidad de empleo, formación y capacidad para salvar vidas.
Curriculum Vitae – experiencia laboral y formación
Cada
empresa está interesada en personas con experiencia laboral previa y
formación adicional. Cuanta más formación y habilidades tenga el
candidato – más posibilidades tiene de ocupar el puesto, ya que puede
ser polivalente, una cualidad que valoran mucho los empresarios.
Nunca
se sabe cómo, cuándo y dónde van a producir los accidentes. Por eso
siempre es bueno contar con un especialista de primeros auxilios y
prevención de riesgos.
Por
otra parte, los conocimientos de psicología, nos permiten tratar de una
manera adecuada tanto al accidentado, como a sus familiares, testigos,
etc., como estamos capacitados para solucionar conflictos, y hacer
perfiles de la gente, para saber qué esperar de ellos y cómo debemos
tratarlos.
La
experiencia laboral también es un punto muy importante, ya que cada día
aprendemos algo nuevo, de cada situación se pueden aprender algo y/o
practicar el conocimiento que ya tenemos, de cada persona, por muy tonta
que parezca, se puede aprender algo, y si no se puede aprender cómo hay
que hacer cosas, por lo menos podemos aprender como NO hay que hacerlas.
Valores internos
Responsabilidad,
puntualidad, solidaridad, respeto y el querer ayudar a los demás, son
valores que enseñan en SeguriOcio, Escuela Técnica de Salvamento, en
sus cursos, son valores que tiene que tener cada socorrista.
La
participación en Talleres Prácticos nos hace ver cómo se siente cada
persona en una u otra situación y sentirlo en nuestras propias carnes,
nos hace pensar en algo que puede ser que nunca nos habíamos planteado.
Empezamos pensar más en nuestro comportamiento y respetar a los demás,
ya que nosotros mismos queremos ser respetados.
Respeto es la clave del éxito del trabajo en equipo, atención al cliente y capacidad para la solución de conflictos.
Responsabilidad
es el conocimiento de la causa y efecto, es el saber que la vida real
no se parece a un video juego, la cual se puede guardar en un punto o
comenzar de nuevo sin ningún problema. En una profesión como la del
socorrista acuático, la irresponsabilidad y como consecuencia – la falta
de puntualidad, puede costar la salud y/o la vida de alguna persona.
Ayudar
a los demás y disfrutar de ello – esto es ser socorrista acuático de
corazón, que debemos trasladar a nuestra vida, ya que ser socorrista
acuático, acarrea serlo 24/7, sin conocer horarios, ni
cansancio o impedimentos y excusas. Lo primero es proteger o salvar la
vida y la prestación de primeros auxilios no sólo durante nuestra
jornada laboral.
Hay
situaciones cotidianas como echar una mano a un compañero, amigo,
vecino o familiar, o simplemente a una persona en la calle que busca
alguna dirección o una parada de autobús, puede ser una madre que va con
el carro de bebe y necesita bajar/subir por las escaleras, etc. Son
gestos pequeños que hace nuestro mundo más bonito.
Natación y salvamento acuático
Los antiguos griegos decían que si el cuerpo es sano – la mente lo es también.
Los
científicos contemporáneos lo confirman, y los resultados de sus
experimentos nos enseñan claramente que la práctica del deporte, aumenta
la actividad cerebral. Disminuye el riesgo de tener enfermedades
cardiovasculares, el estrés, sobrepeso y genera mucha endorfinas – la
hormona de la felicidad. Digamos que la práctica del deporte nos hace
más felices, inteligentes y sanos.
Muchas
veces a un curso llega gente que apenas sabe nadar, pero haciendo mucho
esfuerzo entrenándose a diario pasan todas las pruebas. Se sienten
bien al pasar este reto y la natación puede convertirse en su deporte
preferido.
Disfrutando
de la playa, cada persona que ha trabajado como socorrista acuático, no
puede evitar la costumbre de pasar la mirada por el agua e identificar
personas con un riesgo potencial de ahogamiento. Estar al lado de un
socorrista acuático nos da la sensación de tranquilidad, así hacemos
nuestras playas y piscinas más tranquilas y las disfrutamos.
Para finalizar, decir que para llegar a ser un buen socorrista acuático
tienes que tener la vocación de ayudar a los demás, ya que no debe ser
una ocupación temporal para paliar una situación económica adversa, sino
que debe ser una profesión humanitaria para salvar y proteger vidas.
Lamentablemente no todo el mundo sirve para ser socorrista acuático,
pero si todos deben tener conocimientos para saber ayudar a personas en
peligro, tanto dentro como fuera del agua. En este curso te capacitan
con unos conocimientos y habilidades, siendo el propio alumno quien debe
ser honesto en saber cómo debe aprovecharlos: siendo un buen
profesional o aplicándolos en su vida cotidiana.
Olegs Sergejecevs
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