jueves, 15 de mayo de 2014

Entrevista a Enrique Parada Torres

Enrique antes de nada háblanos algo de ti ¿edad? ¿A qué te dedicas, aficiones, etc.?

Tengo 45 años, y trabajo como psicólogo y consultor, de manera independiente. Desde el año 1995 soy el responsable del Área de Psicología de AETSAS (Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo). Esto me permite seguir vinculado al ámbito del Socorrismo Acuático. Mi actual y principal afición es disfrutar de mi hija de cuatro años y continuar en la medida en que puedo haciendo deporte (practico kobudo, preparando ya el 3º Dan, y también sigo nadando y haciendo trailrunning y trekking con la familia).

¿Qué te motivo a realizar un curso de socorrismo?

El motivo principal fue verlo en referentes familiares. Pertenezco a una “saga” de socorristas. Mi hermano mayor y primos mayores se dedicaban a ello y yo iba a disfrutar del baño a sus lugares de trabajo. Cuando tuve edad, me certifiqué para trabajar y a partir de ahí me dediqué más de veinte años a ello. Durante doce años pertenecí al equipo de Socorristas Profesionales de la Comunidad de Madrid y en los últimos años de dedicación trabajé en la Instalación cubierta del pueblo de la Sierra de Madrid en que vivo.

¿Qué te impulsó una vez obtenido el título a convertirte en socorrista?

Cuando tienes 16-17 años, las motivaciones son bastante extrínsecas (obtener un salario, lograrlo a través de una tarea con bastante reconocimiento social entre tus iguales, hacer algo que crees que resulta sencillo,…). Desde luego los motivos fueron cambiando a medida que te das cuenta de la trascendencia de tu labor, tanto por los momentos cruciales y difíciles que afrontas, como por lo gratificante que resulta ayudar en situaciones críticas a alguien.

¿Recuerdas algún día de manera especial?

Recuerdo la primera persona a la que hice RCP tras haber sufrido un infarto y desplomarse cuando se disponía a entrar en el agua. Fue una “bofetada de realidad” de la trascendencia de tu presencia ahí. Acabó trasladado al hospital, donde murió. No obstante, fui felicitado por compañeros y jefes. Esto aún lo comento en mis clases: “El resultado de nuestra actuación a veces es incierto y no está totalmente bajo nuestro control, pero lo que el socorrista hace o no, eso sí está bajo su control. Hay situaciones en las que lo único que puedes elegir es actuar bien”.

Todo el mundo puede ser socorrista acuático profesional. Uno nace o se hace socorrista.

Exceptuando evidentes barreras físicas o intelectuales, claro, creo que todo el mundo puede ser socorrista potencialmente. El socorrista se hace, quizás, en los casos deseables, incluso antes de serlo. Ya hay una actitud de ayuda, de servicio al otro, que motiva, junto a otros aspectos a querer ponerse la camiseta. Los diamantes y las pepitas de oro salen de barrizales. Hay socorristas que “brillan” ya en los cursos, antes de tener su diploma. Otros necesitarán un ejercicio de “madurez” al que creo que los docentes, gestores, superiores, merecerá la pena que contribuyamos en la medida de nuestras posibilidades. Y por desgracia, como la fruta “golpeada”, encontramos de vez en cuando socorristas “pochos”, equivocados, “ciegos” frente al objeto real de su trabajo y a los que más que llamar socorristas hay que decir que “trabajan en un puesto de socorrismo”.

Ser socorrista es un trabajo, ¿físico o psicológico? ¿Por qué?

Como dicen los deportistas de élite, al menos la mitad del rendimiento tiene que ver con aspectos mentales. En socorrismo lo físico y lo psicológico van especialmente de la mano. Horas de vigilancia requieren de un autocuidado de los procesos de atención y concentración importantes, pero estos se ven facilitados por ejemplo, por el autocuidado del cuerpo a nivel de hidratación, mantenimiento de los niveles de glucosa, prevención de la exposición innecesaria a exceso de iluminación, calor,… Si nos vamos a las tareas de intervención en salvamento y socorrismo, sin duda la fuerza, resistencia, velocidad, a veces resultan cruciales. Pero junto a esta demanda física se necesita un componente de resistencia psicológica ante las fuentes de estrés que se vierten sobre el profesional en situaciones de emergencia.

Crees que al finalizar un curso de socorrista, realmente se está capacitado y preparado para trabajar.

¡Hay tantos cursos y tan diferentes en contenidos y carga lectiva! En algunos indudablemente no. Es incluso vergonzoso, y más aún, que cursos con regulación autonómica duren un pequeño puñado de horas. En mi opinión, un curso básico ha de contar con al menos 100 horas. A las que habría que añadir las necesarias para especializarse en socorrismo en ámbitos específicos (p.e. playas). Esperemos que haya avances en la regulación de la formación, como por ejemplo ya se están dando en la Comunidad de Galicia que sitúen las capacitaciones en el lugar que corresponde.

La crisis ha recortado puestos de socorrismo dejando al descubierto la seguridad de los usuarios. Tú que participas en la atención a las víctimas y sus familiares, y lo vives en primera persona, cuál es tu opinión al respecto.

Es inconcebible que los datos objetivos, que señalan el drama de las muertes por ahogamiento (superiores en estos años a las acaecidas por accidentes de tráfico), aun no haya hecho mella en la Administración Pública. Es hora de complementar la atención dedicada a la reducción de muertes por accidentes de tráfico a la que hay que dedicar a reducir las muertes por ahogamiento en el medio acuático. La tragedia de una muerte al volante y una por ahogamiento tienen el mismo calibre. En no pocos casos, los mecanismos que han llevado a la muerte (imprudencias, alcohol, etc.) son similares entre sí. La presencia de socorristas como agentes de prevención y de intervención si es necesario, es uno de los recursos más potentes que hay que cuidar y enaltecer. Si la sanidad y la educación es un área que no ha de entender de recortes, la seguridad en el medio acuático debería ser colocada en el mismo saco en un entorno orográfico, climatológico y cultural  de marcado “talante acuático” como es España.

En las Certificaciones profesionales de “Socorrismo en Instalaciones Acuáticas” en el Módulo 1 se establece una carga horaria de 120 h de natación presencial y el Módulo 2 se establece una carga horaria de 40 h, 20 h susceptibles de formación a distancia. ¿Cuál es tu opinión?

Mi respuesta abre dos líneas. Igual que no comparto que para ser, por ejemplo Técnico en Emergencias Sanitarias” haya que enseñar al Técnico a conducir, sino que eso lo ha de traer ya sabido, creo que debería de haber un requisito previo de saber nadar “bien” que permitiera redistribuir esa carga horaria, ya que hay otros contenidos que es lógico que se aprendan “desde cero” en estos cursos.

Respecto a la formación a distancia, el problema no es “la herramienta” sino el diseño que de ella se haga. Un cuchillo con forma de cuchillo, pero sin filo, no sirve para cortar. Con la formación a distancia la cuestión es diseñar metodologías que permitan que el alumno reciba mucho más que la lectura de unos apuntes y un test de evaluación. Afortunadamente con las plataformas multimedia es posible y este tipo de formación debería enfocarse en esta dirección, donde se puede estar “presente” a través del ordenador de cada uno.

¿Qué te impulso a escribir sobre aspectos psicológicos en el socorrismo?

Mientras hice la carrera de Psicología, trabajaba como socorrista (y seguí haciéndolo unos años más). Al acabar la carrera hice un master en Psicología del Deporte y fui reconociendo el potencial aplicado que tenía la Psicología en el ámbito del socorrismo y de la emergencia en general. El profesor José Palacios me dio la oportunidad de contribuir con temas de Psicología en la formación a Técnicos y profesores y todo ello fue creciendo y desarrollándose. Actualmente, no solo imparto Psicología aplicada al Salvamento y Socorrismo. También he desarrollado temas aplicados a la labor del bombero, el policía (en diferentes equipos operativos), el emergencista extrahospitalario, y hasta el psicólogo de emergencias…

¿Por qué recomendarías ser socorrista acuático profesional?

No sé yo si lo recomendaría, (je, je,…). Creo que sigue siendo un trabajo poco apreciado por la sociedad, si bien, es una labor en la que la atención al ciudadano y la relación de ayuda tienen un notable protagonismo en la esencia del trabajo. Si una persona valora estos aspectos como característica profesional, ser socorrista profesional le va a permitir dinamizarlos.

¿Qué ha aportado a tu vida el socorrismo?

Yo tengo claro que quiero trabajar en relación de ayuda. El socorrismo ha sido una experiencia de “apertura de ojos” progresiva al tipo de tarea profesional que quería desempeñar. Cuando me hice psicólogo y aun trabajaba de socorrista, seguía viendo el socorrismo como algo “perecedero” más antes que después. Sin embargo, más de diez años después de licenciarme, seguí compaginando mi rol de socorrista profesional con el de psicólogo, hasta que los viajes y el tipo de actividad que realizo me complicaron la agenda. Reconozco que lo echo de menos, aunque mi vida como psicólogo es muy dinámica e interesante.

Define con una palabra a un socorrista

Un profesional de la relación de ayuda dedicado a facilitar que las personas disfruten de un baño seguro, que se recuerda que trabaja para las personas que disfrutan del entorno acuático (sin servilismo pero con actitud de servicio).

 Enrique para finalizar,  ¿cuáles son tus consejos para intentar ser un buen socorrista?

Conocer DE VERDAD en qué consiste el trabajo, su importancia y su repercusión.
* Conocerse bien y tomar conciencia de si se está dispuesto a SER socorrista.
* En caso afirmativo, desarrollar y MANTENER las capacidades físicas, técnicas y psicológicas que conviene poseer.
* Hacer “espacio” para los aspectos ingratos que tiene esta profesión e impregnarse hasta calarse de los aspectos gratificantes.
* Dignificar la profesión que se tiene. Uno también queda dignificado.

Enrique Parada Torres. Psicólogo

Actualmente trabaja como psicólogo - consultor, personalizando Resilia Psicología Aplicada. Es profesor asociado de la Facultad de Psicología de la U.A.M. y docente en diversos Masters y cursos de Posgrado en Psicología clínica y Psicología de Urgencias, Emergencias y Catástrofes (universitario, colegial y privado).
Habitualmente imparte cursos a profesionales –técnicos y mandos- de la emergencia sanitaria y psicosocial (bomberos, policías, médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, socorristas, técnicos en emergencias y voluntarios de ONGs) así como de otros sectores organizacionales (administración pública, empresas privadas, etc.).
Además de la formación, su ámbito de trabajo, es el counselling, el coaching y la psicología aplicada en el ámbito personal y organizacional, así como la intervención en situaciones críticas (accidentes, emergencias, desastres, etc.).
En el ámbito del apoyo psicológico y la relación de ayuda a víctimas, ha trabajado (y trabajo) como gestor e interviniente en diversas situaciones críticas (accidentes aéreos, ferroviarios, de autobús, de metro, conflictos bélicos, terrorismo, etc.).

Responsable Nacional del Área de Psicología

AETSAS (Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo)
  • Salud
1995 – presente (19 años)
Dedicada a la Educación e I+D+i en el ámbito de la Prevención de Ahogamientos y la Intervención en Socorrismo Acuático y Primeros Auxilios.
El Área de Psicología se centra en el ámbito de:
- Las habilidades de comunicación en el contexto del Socorrismo y los Primeros Auxilios Psicológicos a los actores implicados en accidentes e incidentes.
- La gestión del estrés en operaciones de socorrismo y soporte vital.
- La gestión del estrés en incidentes críticos de alto impacto emocional y la resiliencia.
- La prevención del desgaste psíquico en labores de prevención, coordinación y gestión de Operativos.
Enrique es el autor del 90% de los contenidos que en materia de Socorrismo y Salvamento se están impartiendo en España, con independencia de la Entidad que los realice. Enrique ha marcado una línea de trabajo, que por desgracia el tiempo le dará su reconocimiento y que desgraciadamente a día de hoy, pocos reconocen. Desde estas líneas agradecer a Enrique Parada Torres su compromiso personal con esta profesión y sus grandes aportaciones al trabajo diario de nuestros profesionales. Gracias por tu esfuerzo, entrega y dedicación.

jueves, 1 de mayo de 2014

Razones para realizar un curso de Socorrista Acuático en SeguriOcio, Escuela Técnica de Salvamento

Cada vez que pregunto a alguien si quiere realizar un curso de socorrista acuático o si conocen a alguien que quiere hacerlo, observo la reacción de sorpresa y oigo preguntas como ¿Para qué sirve? ¿Para trabajar en la playa? ¿Cuánto vale? ¿Se ofrece el trabajo después? ¿Es solo para nadar? etc. Aquí os presento varias razones para realizarlo.

Trabajar como socorrista acuático

En la época en la cual nos encontramos, la salida laboral es el punto más interesante para la mayoría de alumnos potenciales.  Cada alumno que termina satisfactoriamente el curso con la calificación de APTO, entra en la bolsa de trabajo de Seguriocio y obtiene la oportunidad de trabajar en diferentes instalaciones acuáticas, tanto en el verano como en el invierno. 

Financiación del curso

Para Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento, cada alumno es importante, ya que detrás de cada socorrista acuático hay vidas humanas, cada socorrista acuático está formado para salvar vidas y cuantos más socorristas acuáticos tengamos – mayor es la posibilidad de evitar muertes por accidentes, porque quizás la ayuda a un bañista en situación de peligro, no llegue a tiempo.

Luchando contra la crisis económica que aumenta desigualdad de oportunidades y desempleo juvenil, Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento, ofrece cursos con la posibilidad de un pago inicial de solo 80 €, para que cada uno tenga una oportunidad de empleo, formación y capacidad para salvar vidas.

Curriculum Vitae – experiencia laboral y formación

Cada empresa está interesada en personas con experiencia laboral previa y formación adicional. Cuanta más formación y habilidades tenga el candidato – más posibilidades tiene de ocupar el puesto, ya que puede ser polivalente, una cualidad que valoran mucho los empresarios.

Nunca se sabe cómo, cuándo y dónde van a producir los accidentes.  Por eso siempre es bueno contar con un especialista de primeros auxilios y prevención de riesgos.

Por otra parte, los conocimientos de psicología, nos permiten tratar de una manera adecuada tanto al accidentado, como a sus familiares, testigos, etc., como estamos capacitados para solucionar conflictos, y hacer perfiles de la gente, para saber qué esperar de ellos y cómo debemos tratarlos.

La experiencia laboral también es un punto muy importante, ya que cada día aprendemos algo nuevo, de cada situación se pueden aprender algo y/o practicar el conocimiento que ya tenemos, de cada persona, por muy tonta que parezca, se puede aprender algo, y si no se puede aprender cómo hay que hacer cosas, por lo menos podemos aprender como NO hay que hacerlas.

Valores internos 

Responsabilidad, puntualidad, solidaridad, respeto y el querer ayudar a los demás, son valores que enseñan en  SeguriOcio, Escuela Técnica de Salvamento, en sus cursos, son valores que tiene que tener cada socorrista.
La participación en Talleres Prácticos nos hace ver cómo se siente cada persona en una u otra situación y sentirlo en nuestras propias carnes, nos hace pensar en algo que puede ser que nunca nos habíamos planteado. Empezamos pensar más en nuestro comportamiento y respetar a los demás, ya que nosotros  mismos queremos ser respetados.

Respeto es la clave del éxito del trabajo en equipo, atención al cliente y capacidad para la solución de conflictos.

Responsabilidad es el conocimiento de la causa y efecto, es el saber que la vida real no se parece a un video juego, la cual se puede guardar en un punto o comenzar de nuevo sin ningún problema.  En una profesión como la del socorrista acuático, la irresponsabilidad y como consecuencia – la falta de puntualidad, puede costar la salud y/o la vida de alguna persona.

Ayudar a los demás y disfrutar de ello – esto es ser socorrista acuático de corazón, que debemos trasladar a nuestra vida, ya que ser socorrista acuático, acarrea serlo 24/7, sin conocer horarios, ni cansancio o impedimentos y excusas. Lo primero es proteger o salvar la vida y la prestación de primeros auxilios no sólo durante nuestra jornada laboral. 

Hay situaciones cotidianas como echar una mano a un compañero, amigo, vecino o familiar, o simplemente a una persona en la calle que busca alguna dirección o una parada de autobús, puede ser una madre que va con el carro de bebe y necesita bajar/subir por las escaleras, etc. Son gestos pequeños que hace nuestro mundo más bonito.

Natación y salvamento acuático

Los antiguos griegos decían que si el cuerpo es sano – la mente lo es también.

Los científicos contemporáneos lo confirman, y los resultados de sus experimentos nos enseñan claramente que la práctica del deporte, aumenta la actividad cerebral. Disminuye el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares, el estrés, sobrepeso y genera mucha endorfinas – la hormona de la felicidad. Digamos que la práctica del deporte nos hace más felices, inteligentes y sanos.

Muchas veces a un curso llega gente que apenas sabe nadar, pero haciendo mucho esfuerzo entrenándose a diario pasan todas las pruebas.  Se sienten bien al pasar este reto y la natación puede convertirse en su deporte preferido.

Disfrutando de la playa, cada persona que ha trabajado como socorrista acuático, no puede evitar la costumbre de pasar la mirada por el agua e identificar personas con un riesgo potencial de ahogamiento. Estar al lado de un socorrista acuático nos da la sensación de tranquilidad, así hacemos nuestras playas y piscinas más tranquilas y las disfrutamos.

Para finalizar, decir que para llegar a ser un buen socorrista acuático tienes que tener la vocación de ayudar a los demás, ya que no debe ser una ocupación temporal para paliar una situación económica adversa, sino que debe ser una profesión humanitaria para salvar y proteger vidas. Lamentablemente no todo el mundo sirve para ser socorrista acuático, pero si todos deben tener conocimientos para saber ayudar a personas en peligro, tanto dentro como fuera del agua. En este curso te capacitan con unos conocimientos y habilidades, siendo el propio alumno quien debe ser honesto en saber cómo debe aprovecharlos: siendo un buen profesional o aplicándolos en su vida cotidiana.

Olegs Sergejecevs

sábado, 26 de abril de 2014

5 mitos del socorrista

Mito 1: El socorrista no hace NADA
Cada persona no relacionada con el mundo de la seguridad acuática o que nunca había visto actuar a un socorrista profesional dirá que el socorrista no hace absolutamente nada.
Vigilancia

Esta es la imagen exterior que percibe toda la gente. Pero hay miles de procesos interiores que pasan en la mente del socorrista durante su jornada laboral. El socorrista en cada momento debe de analizar el estado de salud de los bañistas, valorar la peligrosidad de sus comportamientos, combatir pensamientos ajenos al trabajo, valorar el estado estético y de seguridad de la instalación, etc. Nuestro cerebro es el mayor consumidor de energía y es cierto que después de una jornada de “no hacer nada” la persona siente como si hubiese estado descargando camiones.
Hagamos un experimento: vamos a vigilar el movimiento de la flecha del reloj durante un minuto y apuntamos cada vez que esta vigilancia ha sido interrumpida por cualquier otro pensamiento. ¿Cuántas veces nos hemos interrumpido durante un solo minuto? Para volver a vigilar la flecha tenemos que hacer un esfuerzo. Calculamos que en una jornada de 8 horas hay 480 minutos en los cuales tenemos que mantener este nivel de concentración para prevenir riesgos, multiplicamos la cantidad de nuestros interrupciones por la cantidad de minutos sin contar que la concentración prolongada requiere más esfuerzo y tendrás más interrupciones - ¿seguimos pensando que vigilar es fácil?
Actuación bajo presión

El socorrista profesional debe de estar preparado para actuar en situaciones de emergencia, es decir tener la mente fría, tomar decisiones bajo presión y actuar breve, claro y conciso rodeado de un caos, gente que pierde el control, tienen ataques de pánico y ansiedad, gritan, molestan y dan consejos sin sentido.
Primeros Auxilios

Los primeros auxilios al nivel de rozaduras, cortes pequeños o quemaduras de primer – segundo grado (p.ej. quemaduras solares) son cotidianos y fáciles de prestar auxilio. Pero ¿es fácil atender a una persona con una parada cardio respiratoria? Para entender este supuesto toma un ejemplo extremo: a los estudiantes de medicina primero los llevan a la morgue y solo los que aguantan allí pueden seguir estudiando. Atender a una persona con signos de un cadáver no es fácil, en primer lugar porque tenemos que tener un contacto físico y en segundo lugar porque la gente de alrededor perderá el control y tendremos que realizar dos tareas a la vez - recuperar a la víctima y calmar a las personas presentes, ya que como mínimo pueden perturbar nuestra actuación y en un caso extremo podemos tener otra víctima de un ataque de ansiedad, lo cual complicará aun más nuestro trabajo.
Funciones adicionales

Una vez que el socorrista profesional está contratado, al no hacer nada, queremos darle más funciones adicionales por distintos motivos, para que justifiquen su contratación. El socorrista se encarga de limpieza, control de acceso, control de Cl/Ph, atención al cliente, servicio de toallas, también puede realizar tareas de ayudante de camarero, servicio técnico, jardinero, hamaquero, etc. Y últimamente de animador, monitor de natación y aqua gym, payaso, monitor de castillos hinchables, todo esta justificado.
Mito 2: El socorrista es un pesado que regaña por todo y no permite hacer nada
La primera función para cualquier socorrista profesional es prevenir riesgos, por lo cual el socorrista debe de prohibir actividades peligrosas por el bien del propio usuario.
En segundo lugar las instalaciones acuáticas como cualquier lugar público tiene normas de comportamiento para que todos usuarios puedan disfrutar sin molestias, ni tampoco hacerse daño o llegar a dañar a la instalación.
Es decir, por muy ridículo que parezca, el socorrista siempre actúa en beneficio del usuario.
Mito 3: El socorrista trabaja solo para ligar
Por supuesto, no podemos evitar el atractivo del joven deportista, que puede salvar vidas y actuar en casos de emergencia, pero un socorrista profesional no tiene tiempo para esto durante su jornada laboral, ya que debe de estar pendiente de la instalación en general y de cada usuario en particular. Nunca se sabe cuándo ocurrirá algún accidente, por ello tenemos que estar en alerta en cada momento, pero las cosas emocionantes como la búsqueda de pareja y cualquier situación emocionante en general, no nos ayuda a pensar con claridad, lo cual no nos permitía el poder realizar ninguna otra tarea.
Mito 4: Socorrista es un trabajo de playa
Este mito es parcialmente verdadero, ya que en el verano nuestras playas se llenan de jóvenes deportistas vestidos de diferentes colores, que velan por la seguridad de los bañistas. Pasando las vacaciones de verano en nuestras preciosas costas nos hemos quedado con este estereotipo. Este tipo de socorrismo también es muy conocido por los famosos “Los vigilantes de la playa”.
Los Centros Deportivos, Hoteles, Parques Acuáticos, Apartamentos, Comunidades de propietarios y Residencias, también tienen piscinas, que cuentan con seguridad acuática,  las cuales necesitan contar con profesionales de salvamento, socorrismo acuático y primeros auxilios.
Mito 5: Socorrista trabaja solo en el verano
El verano genera mucho empleo también en el sector del socorrismo. Podemos decir que en el verano se necesita la mayor cantidad de socorristas. Por lo que todo el mundo interpreta que el socorrismo es una ocupación temporal para estudiantes o parados de otros sectores laborales, que ven en el socorrismo una ayuda temporal a su mala situación económica y no como una profesión, que necesita de una vocación y de unos valores para poder ejercer como socorrista profesional.
Afortunadamente los sectores de deporte y ocio no tienen temporadas. Los centros deportivos, hoteles y algunos parques acuáticos, necesitan servicio de socorrismo todo el año.

Olegs Sergejecevs

Olegs Sergejecevs, el último coordinador de SeguriOcio. Habla cuatro idiomas, dilatada experiencia como socorrista profesional y quiromasajista,  ha sido una pieza fundamental en el éxito de la campaña 2013, aportando a la empresa seriedad, orden y rigor. Este año inicia un nuevo reto en su carrera profesional, al comenzar una nueva etapa en su vida. Le deseamos toda la suerte del mundo y que recuerde que esta siempre es y será su casa. Gracias por tu ayuda y colaboración al estar siempre disponible, como tu sueles decir 7/24.

La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento

Conocer personas, aprender valores, adquirir nuevos conocimientos, divertirse, ejercitar cuerpo y mente, aprender diferentes aptitudes y actitudes, profesionalidad, risas, compañerismo,… son algunas de las cosas que me llevo de esta experiencia.
El socorrismo es algo más que prevenir, vigilar, actuar… es una actitud, es tener vocación y pasión por lo que estas haciendo, no es estar simplemente sentado en una silla y esperar a que suceda algo para actuar, no es dormir o leer en el puesto de vigilancia, no es hablar con amigos durante el trabajo, no es tomar el sol,… Gracias al socorrismo se previenen muchos accidentes y se salvan muchas vidas.
Con una metodología amena, práctica, participativa y activa hemos ido aprendiendo poco a poco todo lo que conlleva esta labor. Ser socorrista comporta una gran responsabilidad y por lo tanto hay que estar bien preparado.
Superar varios exámenes teóricos y varias pruebas físicas en un buen tiempo es fundamental para poder dedicarte a esta profesión, pero para ejercerla de una forma correcta pienso que hay que actualizarse, reciclarse, seguir aprendiendo, ser profesional, mantener la motivación y no olvidarse de que trabajamos con personas.
Creo que con esfuerzo, pasión, trabajo duro y constante, se puede conseguir y llegar a ser un buen socorrista.
Sin lugar a duda he aprendido una gran cantidad de cosas no solo aplicable al trabajo como socorrista sino también a mi vida personal.

Laura María Gómez Domínguez

Alumna 2ª Promoción del 2014