sábado, 26 de abril de 2014

5 mitos del socorrista

Mito 1: El socorrista no hace NADA
Cada persona no relacionada con el mundo de la seguridad acuática o que nunca había visto actuar a un socorrista profesional dirá que el socorrista no hace absolutamente nada.
Vigilancia

Esta es la imagen exterior que percibe toda la gente. Pero hay miles de procesos interiores que pasan en la mente del socorrista durante su jornada laboral. El socorrista en cada momento debe de analizar el estado de salud de los bañistas, valorar la peligrosidad de sus comportamientos, combatir pensamientos ajenos al trabajo, valorar el estado estético y de seguridad de la instalación, etc. Nuestro cerebro es el mayor consumidor de energía y es cierto que después de una jornada de “no hacer nada” la persona siente como si hubiese estado descargando camiones.
Hagamos un experimento: vamos a vigilar el movimiento de la flecha del reloj durante un minuto y apuntamos cada vez que esta vigilancia ha sido interrumpida por cualquier otro pensamiento. ¿Cuántas veces nos hemos interrumpido durante un solo minuto? Para volver a vigilar la flecha tenemos que hacer un esfuerzo. Calculamos que en una jornada de 8 horas hay 480 minutos en los cuales tenemos que mantener este nivel de concentración para prevenir riesgos, multiplicamos la cantidad de nuestros interrupciones por la cantidad de minutos sin contar que la concentración prolongada requiere más esfuerzo y tendrás más interrupciones - ¿seguimos pensando que vigilar es fácil?
Actuación bajo presión

El socorrista profesional debe de estar preparado para actuar en situaciones de emergencia, es decir tener la mente fría, tomar decisiones bajo presión y actuar breve, claro y conciso rodeado de un caos, gente que pierde el control, tienen ataques de pánico y ansiedad, gritan, molestan y dan consejos sin sentido.
Primeros Auxilios

Los primeros auxilios al nivel de rozaduras, cortes pequeños o quemaduras de primer – segundo grado (p.ej. quemaduras solares) son cotidianos y fáciles de prestar auxilio. Pero ¿es fácil atender a una persona con una parada cardio respiratoria? Para entender este supuesto toma un ejemplo extremo: a los estudiantes de medicina primero los llevan a la morgue y solo los que aguantan allí pueden seguir estudiando. Atender a una persona con signos de un cadáver no es fácil, en primer lugar porque tenemos que tener un contacto físico y en segundo lugar porque la gente de alrededor perderá el control y tendremos que realizar dos tareas a la vez - recuperar a la víctima y calmar a las personas presentes, ya que como mínimo pueden perturbar nuestra actuación y en un caso extremo podemos tener otra víctima de un ataque de ansiedad, lo cual complicará aun más nuestro trabajo.
Funciones adicionales

Una vez que el socorrista profesional está contratado, al no hacer nada, queremos darle más funciones adicionales por distintos motivos, para que justifiquen su contratación. El socorrista se encarga de limpieza, control de acceso, control de Cl/Ph, atención al cliente, servicio de toallas, también puede realizar tareas de ayudante de camarero, servicio técnico, jardinero, hamaquero, etc. Y últimamente de animador, monitor de natación y aqua gym, payaso, monitor de castillos hinchables, todo esta justificado.
Mito 2: El socorrista es un pesado que regaña por todo y no permite hacer nada
La primera función para cualquier socorrista profesional es prevenir riesgos, por lo cual el socorrista debe de prohibir actividades peligrosas por el bien del propio usuario.
En segundo lugar las instalaciones acuáticas como cualquier lugar público tiene normas de comportamiento para que todos usuarios puedan disfrutar sin molestias, ni tampoco hacerse daño o llegar a dañar a la instalación.
Es decir, por muy ridículo que parezca, el socorrista siempre actúa en beneficio del usuario.
Mito 3: El socorrista trabaja solo para ligar
Por supuesto, no podemos evitar el atractivo del joven deportista, que puede salvar vidas y actuar en casos de emergencia, pero un socorrista profesional no tiene tiempo para esto durante su jornada laboral, ya que debe de estar pendiente de la instalación en general y de cada usuario en particular. Nunca se sabe cuándo ocurrirá algún accidente, por ello tenemos que estar en alerta en cada momento, pero las cosas emocionantes como la búsqueda de pareja y cualquier situación emocionante en general, no nos ayuda a pensar con claridad, lo cual no nos permitía el poder realizar ninguna otra tarea.
Mito 4: Socorrista es un trabajo de playa
Este mito es parcialmente verdadero, ya que en el verano nuestras playas se llenan de jóvenes deportistas vestidos de diferentes colores, que velan por la seguridad de los bañistas. Pasando las vacaciones de verano en nuestras preciosas costas nos hemos quedado con este estereotipo. Este tipo de socorrismo también es muy conocido por los famosos “Los vigilantes de la playa”.
Los Centros Deportivos, Hoteles, Parques Acuáticos, Apartamentos, Comunidades de propietarios y Residencias, también tienen piscinas, que cuentan con seguridad acuática,  las cuales necesitan contar con profesionales de salvamento, socorrismo acuático y primeros auxilios.
Mito 5: Socorrista trabaja solo en el verano
El verano genera mucho empleo también en el sector del socorrismo. Podemos decir que en el verano se necesita la mayor cantidad de socorristas. Por lo que todo el mundo interpreta que el socorrismo es una ocupación temporal para estudiantes o parados de otros sectores laborales, que ven en el socorrismo una ayuda temporal a su mala situación económica y no como una profesión, que necesita de una vocación y de unos valores para poder ejercer como socorrista profesional.
Afortunadamente los sectores de deporte y ocio no tienen temporadas. Los centros deportivos, hoteles y algunos parques acuáticos, necesitan servicio de socorrismo todo el año.

Olegs Sergejecevs

Olegs Sergejecevs, el último coordinador de SeguriOcio. Habla cuatro idiomas, dilatada experiencia como socorrista profesional y quiromasajista,  ha sido una pieza fundamental en el éxito de la campaña 2013, aportando a la empresa seriedad, orden y rigor. Este año inicia un nuevo reto en su carrera profesional, al comenzar una nueva etapa en su vida. Le deseamos toda la suerte del mundo y que recuerde que esta siempre es y será su casa. Gracias por tu ayuda y colaboración al estar siempre disponible, como tu sueles decir 7/24.

La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento

Conocer personas, aprender valores, adquirir nuevos conocimientos, divertirse, ejercitar cuerpo y mente, aprender diferentes aptitudes y actitudes, profesionalidad, risas, compañerismo,… son algunas de las cosas que me llevo de esta experiencia.
El socorrismo es algo más que prevenir, vigilar, actuar… es una actitud, es tener vocación y pasión por lo que estas haciendo, no es estar simplemente sentado en una silla y esperar a que suceda algo para actuar, no es dormir o leer en el puesto de vigilancia, no es hablar con amigos durante el trabajo, no es tomar el sol,… Gracias al socorrismo se previenen muchos accidentes y se salvan muchas vidas.
Con una metodología amena, práctica, participativa y activa hemos ido aprendiendo poco a poco todo lo que conlleva esta labor. Ser socorrista comporta una gran responsabilidad y por lo tanto hay que estar bien preparado.
Superar varios exámenes teóricos y varias pruebas físicas en un buen tiempo es fundamental para poder dedicarte a esta profesión, pero para ejercerla de una forma correcta pienso que hay que actualizarse, reciclarse, seguir aprendiendo, ser profesional, mantener la motivación y no olvidarse de que trabajamos con personas.
Creo que con esfuerzo, pasión, trabajo duro y constante, se puede conseguir y llegar a ser un buen socorrista.
Sin lugar a duda he aprendido una gran cantidad de cosas no solo aplicable al trabajo como socorrista sino también a mi vida personal.

Laura María Gómez Domínguez

Alumna 2ª Promoción del 2014

miércoles, 9 de abril de 2014

El socorrismo en SeguriOcio

Mucha gente entra a este curso de socorrismo en busca de trabajo porque en cierta manera te lo garantizan, si eres apto y reúnes el perfil. Pero conforme pasan los días te vas dando cuenta que no es un simple trabajo temporal. Es un trabajo en el que tienes que estar mentalmente y físicamente preparado y pendiente a todos los movimientos que se dan en un determinado recinto, en este caso, la piscina.

Lo mejor que me llevo de la experiencia, es la gente. Siempre se hacen más llevaderas las horas si hay buen rollo entre todos, los propios monitores y profesores desde el primer día, crean ese ambiente y siempre nos han hecho trabajar entre nosotros para así aprender y captar los conceptos más rápido.

Personalmente, la empresa me ha parecido realmente competente; te preparan para desempeñar tus funciones en el trabajo y evitar todos los fallos que puedan darse en una jornada laboral. En SeguriOcio, Escuela Técnica de Salvamento te forman en los valores que debe tener un socorrista profesional; la responsabilidad, el respeto y el compromiso. ¿Qué vamos a hacer sin un mínimo de responsabilidad en nuestro trabajo? ¿Quién va asegurar que cuando haya una emergencia estén todos los materiales en su sitio? ¿Quién va a estar expuesto a un público permanentemente crítico? Es nuestra obligación estar preparados en todo momento para salvar, prevenir y vigilar. Todos estos valores y actitudes se van aprendiendo en la formación del socorrista profesional, los cuales debemos tener siempre presentes. Nada mejor que trabajar con profesionalidad para demostrar que el socorrismo es necesario.

Natalia Bandera López


Natalia se apuntó en el curso de la manera más inusual que sobre anécdotas en nuestros 20 años de formación hemos vivido. Comentó que vio nuestra publicidad en Ronda, en una farola dos años atrás. Lo curioso del tema es que nunca llevamos allí publicidad, alguien colocó un cartel sin saberlo nosotros.  Natalia guardó el teléfono de contacto.

Natalia ha sido una de las mejores alumnas de la 1ª promoción de 2014, destacando por su compañerismo y por la calidad de sus trabajos.

Desde la escuela, nos sentimos orgullosos de que nos eligiera para formarse como socorrista profesional. Este año Ojen, sin ningún lugar a dudas va a contar con una gran profesional en su piscina.

Valores, cualidades y actitudes del socorrista acuático

               Casi siempre se nos ha mostrado y se ha conceptualizado el socorrista como el profesional de la seguridad en el medio acuático, pero ahondando en su perfil, debemos también contemplar el lado humanístico de esta profesión.

Por lo tanto consideramos que debemos destacar que sus labores implican una serie de cualidades, valores y actitudes como:

      - Dominar el medio acuático.
      - Tener una preparación física idónea a la actividad a realizar.
      - Poseer conocimientos teórico-prácticos relacionados con el socorrismo acuático.
- Poseer valores humanos imprescindibles para el socorrismo acuático (seguridad en uno mismo, aceptación de capacidades y limitaciones, responsabilidad, voluntad de ayudar a los demás, etc.).
    - Disponer de actitudes positivas de respeto y dedicación para con su profesión, sus compañeros y con los usuarios del medio acuático.

El socorrista debe ser “competente” para su trabajo, por tanto las cualificaciones profesionales de socorrismo establecen una serie de competencias que el alumno debe de conseguir superar en el curso de formación. Una vez que las hayan superado será cuando el alumno se convierta en un socorrista acuático cualificado.
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE, 2001), la palabra “cualificado” posee tres acepciones para expresar su significado:

1) “que posee autoridad y que merece respeto”.
Todo socorrista acuático profesional, teniendo en cuenta las características que ello implica, posee autoridad y merece respeto, ya que de él dependen nada más y nada menos que vidas humanas, ya sea de una manera directa o indirecta.

2)  “de buena calidad y de buenas cualidades”.
Por un lado, hay buena calidad humana, ya que la figura del socorrista acuático se relaciona con la seguridad de personas, y por otro lado, de buenas cualidades físicas, para llevar a cabo todas las acciones específicas necesarias en el medio acuático.

Para alcanzar todo lo que representa un socorrista acuático profesional, en cuanto a calidad humana y buenas cualidades físicas, debería de cumplir algunas medidas, tales como:

      - Velar constantemente por su cualificación profesional.
     - Cumplir las condiciones establecidas por contrato (horario, descanso, etc.) así como cumplir con con su trabajo (prevención, vigilancia, intervención).
    - Permanecer de manera continua y constante en el puesto de trabajo, con una actitud positiva acorde al trabajo a desempeñar.
     - Mantenerse actualizado y entrenado. El entrenamiento debe de ir orientado al lugar de trabajo.
   - Potenciar el trabajo como una actividad humanitaria, no por ello sin contraprestación económica justa.

3) “trabajador que está especialmente preparado para una tarea determinada”.

Como profesional , debe acreditar una formación específica y un contrato de trabajo. Además el socorrista acuático profesional debe mantenerse entrenado, preparado y dispuesto por si tiene que actuar.

            En resumen, un socorrista acuático profesional lo es las 24 horas del día y los 365 días del año, de tal manera, que siempre debemos estar APTOS en nuestras cualidades, valores y actitudes para poder intervenir en salvar lo mas bonito del mundo, LA VIDA.

Dr. D. Antonio Bores Cereza


Doctor en Ciencias del Deporte y Educación Física por la Universidad de Vigo. Profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Pontevedra. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Del Deporte por la Universidad del País Vasco. Máster de Alto Rendimiento Deportivo del Comité Olímpico Español y la Universidad Autónoma de Madrid. Profesor Titular de la Escuela de Entrenadores de la Federación Vizcaína de Fútbol. Entrenador Nacional de Balonmano, atletismo y Fútbol Sala. Postgrado de Experto Universitario en Entrenamiento Deportivo. Autor de numerosos artículos. Ponente en diferentes congresos a nivel nacional e internacional. Profesor de los cursos de Preparación Física en Fútbol Sala en la revista Alto Rendimiento.

En los últimos años Antonio ha impulsado el mundo del socorrismo con sus estudios e intervenciones. Si tienes oportunidad de acudir a algún Congreso, Ponencia, Charla .... en la cual participe Antonio, no te dejará indiferente aportando materias nuevas y disfrutando de su exposición.

¿Socorrista Profesional? Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento

A una semana de terminar el curso de socorrista acuático profesional en Seguriocio puedo decir que es un curso muy profesional. Hablando desde mi propia experiencia, empecé a buscar cursos de socorrismo por Málaga y la gran mayoría dejaban mucho que desear, desde no saber una fecha exacta del comienzo del curso, a no tener una piscina establecida u ofrecer una bolsa de trabajo y homologaciones que no existen.

Entonces mirando por internet  di con Seguriocio una empresa con experiencia en el sector que ofrecía cursos de socorrismo y cual era mi sorpresa que tenía una fecha de inicio marcada. Cuando me puse en contacto, me transmitieron bastante seguridad y organización, algo imprescindible para cualquier empresa que ofrece un servicio, y más en este caso cuando el servicio que ofrece es dar unos conocimientos que pueden llegar a salvar una vida.

Una vez que me confirmaron la fecha de inicio, los requisitos necesarios para realizar el curso, la piscina confirmada, me decidí a inscribirme en este curso.

El curso se realizará en 5 fines de semanas, incluyendo sábados y domingos tanto por la mañana como por la tarde, que aunque parecen muchas horas y días son totalmente necesarias sabiendo la responsabilidad que se adquiere al trabajar de socorrista.

Las clases se dividen en prácticas y teóricas. Las clases teóricas se realizan en un aula equipada con material imprescindible para cualquiera que ofrezca clases. El perfil del profesor en Seguriocio es  experimentado y preparado. Las clases trascurren en un ambiente discernido en el que la interacción alumno-profesor y profesor-alumno es constante, con lo cual las clases son más amenas y mas productivas, y de este modo se consigue que los alumnos adquieran mejor los conocimientos.

En cuanto a las clases prácticas en la piscina, se realizan a primera hora de la mañana tanto sábado como domingo. Aunque a hora muy temprana son estas clases son realmente productivas, ya que realizamos entrenamientos totalmente orientados al salvamento acuático profesional y no se desvían a otros campos ya que no estamos dando clases de natación sino clases de salvamento acuático.  Pruebas de exigencia media físicamente hablando, aunque con un poco de entrenamiento entre semana se realizan sin problema alguno.

Por último decir que durante el curso es obligatoria la realización de tareas durante la semana para poner en práctica los conocimientos adquiridos en clase, de esta manera se consiguen afianzar de formas permanente los conocimientos necesarios para ser un buen socorrista profesional.

Seguriocio también cuenta con una plataforma virtual, en la que cada alumno debe realizar diferentes test y cuenta con todo el temario necesario para ser socorrista profesional y prepara para aprobar los exámenes para obtener el curso.

Desde mi punto de vista y para concluir decir que si estás pensando el sacarte el curso de socorrista, Seguriocio, Escuela Técnica de Salvamento es una gran opción.

Jon Marián Cabezas


Jon tiene 22 años estudia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Destaca por sus valores humanos, sus capacidades físicas y por su compañerismo. Jon es de esa clase de personas que nace siendo socorrista y se hace profesional. Pertenece a la primera promoción de 2014 y voluntariamente ha querido dar su opinión sobre nuestros cursos.

LOS VALORES, NO TIENEN PRECIO

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay hombres  que luchan toda la vida… Esos son los imprescindibles”
Bertold Brecht

¿Quién pensaría a mediados del siglo pasado, que esta frase de un poeta alemán tendría relación directa con la vida del socorrista? Nadie… Sin embargo, cuanta razón tiene si pensamos en la labor de estos profesionales de la salud. Una labor ligada a la colaboración y al auxilio permanente; aunque de ello dependa la vida misma…

 Desde el punto de vista laboral, el trabajo de todos los socorristas acuáticos, tiende a prevenir, cuidar y salvar la vida de personas que no conocemos. ¿Qué fuerza interna conduce a este comportamiento altruista, que busca hacer el bien en los demás, aún a costa de nuestro propio provecho?

¿Es heroísmo?
¿Valentía?
No.
Es algo superior.
Es formación en valores…

No cualquiera puede ser socorrista; y ser capaz de salvar vidas y arriesgar la propia. Mucho tiene que ver con la educación que hemos recibido. La humildad, el respeto, la responsabilidad, el compromiso, la solidaridad, la confianza y el amor por la profesión forman parte de muchos de los valores, que todo socorrista necesita para desempeñarse diariamente.

De nada sirve tener un Mark Spitz, un Ian Thorpe o un Michael Phelps; si esta persona no tiene la humildad necesaria para aprender cada día algo nuevo. O carece de la responsabilidad mínima para cumplir con su horario correspondiente. O no presenta la confianza que se necesita para llevar adelante una maniobra de RCP en una parada cardíaca.


Junto a esta formación de base, estarán los instructores y educadores. Aquellos líderes que eligen enseñar y transmitir sus conocimientos y vivencias; para que “la profesión continúe con vida”… Pero ellos, deben tener la obligación moral de capacitarse en forma permanente; y de transferir estos valores tan necesarios para nuestra tarea.

El conocimiento es exógeno y está al alcance de todos.
¿Alcanza sólo esto para la vida?
No…
Los valores son los pilares con los cuales se forja una persona desde temprana edad y sirven (entre otras cosas) para elegir un comportamiento en lugar del otro.

Como dijimos al principio: “Los valores, no tienen precio”. Porque son lo “más preciado” que puede tener el ser humano. Entonces, se convierten en invaluables…, al igual que la vida de las personas que en el socorrismo se salvan.

MARTÍN JAVIER DEL GAISO


Guardavidas. Periodista. Maestro y Profesor Nacional de Educación Física. Licenciado en Motricidad Humana y Deportes de la Universidad Abierta Interamericana. Master en Gestión y Dirección Deportiva (Málaga, España). 20 años Guardavidas de San Bernardo (Municipalidad de La Costa, Buenos Aires, Argentina).  Socorrista Acuático de la Creu Roja de Catalunya Temporada 2003. Docente terciario y universitario. Director del PUASS (Programa Universitario en Actividades Acuática y Socorrismo). Director de la Diplomatura en Instructorado en Salvamento Acuático, Rescate y RCP de la Universidad Abierta Interamericana. Docente Visitante 2010 de la Universidad de La Coruña (España). Miembro del Grupo de Investigación en Actividades Acuáticas y Socorrismo (G.I.A.A.S) de la Universidad de La Coruña. Docente de las Cátedras Natación y Salvamento Acuático y Socorrismo Básico del Profesorado Universitario de la UAI (Sede Ituzaingó). Organizador de 7 Congresos Internacionales dedicados al salvamento acuático y socorrismo en Buenos Aires, Argentina. Disertante nacional e internacional en jornadas, seminarios y congresos relacionados con el salvamento acuático. Autor de varios artículos y publicaciones relacionados con este tema.

Actitudes profesionales y valores humanos

Desde hace mucho tiempo llevo insistiendo en que la formación y la preparación del socorrista acuático, como profesional especialista, se puede resumir en 4 aspectos (Palacios, 1998, 2003, 2008):

  • Dominio del medio acuático (no sólo nadar), que debe ser la primera de todas sus capacidades y habilidades, puesto que sin dominar el medio en el que trabaja difícilmente podrá cumplir gran parte de sus responsabilidades.
  • Tener una preparación física idónea, contando con niveles adecuados de fuerza, resistencia, coordinación y velocidad, en el medio acuático y fuera de él. La realidad de un rescate implica la necesidad de un determinado grado de fuerza, de una adecuada velocidad de ejecución, de un buen nivel de coordinación para la aplicación de técnicas específicas y de un determinado índice de resistencia orgánica.
  • Poseer conocimientos teórico-prácticos acerca de técnicas, métodos, materiales, instalaciones y organización relacionados con el socorrismo, con la idea de que es el conocimiento el que capacita para intervenir en cualquier ámbito y mucho más en uno relacionado con la seguridad y la emergencia.
  • Poseer valores humanos y actitudes profesionales imprescindibles en socorrismo, que personalmente me empeño en resumirlos en dos: Respeto (por la vida, por las personas) y Responsabilidad (en el trabajo, en la vida).
En esta formación y preparación del socorrista acuático profesional la base deben ser sus valores humanos y sus actitudes profesionales, puesto que con ellas puede conseguir el resto de aspectos que le permitirán ser un buen socorrista y un buen profesional.
 

Cualquier persona puede ser socorrista acuático y demostrar, incluso, su capacidad para serlo, pero no todas las personas poseen la calidad humana y profesional necesaria para llevar adecuadamente el trabajo que le corresponde. De poco o nada sirven las capacidades y habilidades físicas, la preparación física y los conocimientos que posee una persona, si sus valores humanos o profesionales le fallan. No puede ser de otra forma en un trabajo relacionado con la vida de las personas.


Por este motivo, en todas las actividades formativas en las que participa el Grupo de Investigación en Actividades Acuáticas y Socorrismo, que coordino en la Universidad de A Coruña (congresos, cursos, jornadas, seminarios), insistimos en lo que consideramos la pieza angular del socorrismo: los valores humanos y las actitudes profesionales.

En muchas ocasiones presentamos imágenes obtenidas en situaciones reales sobre lo que NO debe hacerse cuando alguien está cumpliendo con un trabajo en el que la VIDA es el “leitmotiv”, el sentido central de todo lo que se hace. Son imágenes vergonzosas, en las que se pueden ver a socorristas tumbados tomando el sol o durmiendo tranquilamente; o jugando al fútbol, al golf, al voleibol, a las palas o a las cartas; o hablando con personas ajenas al servicio descuidando su trabajo (en ocasiones, claramente intentando ligar); o vendiendo productos como bañadores a usuarios del entorno; o preparando un churrasco o asado; o leyendo libros, periódicos, revistas o los apuntes para un examen; o consultando el teléfono móvil; o tocando la guitarra; o en muchas otras acciones impropias de profesionales que deben prevenir y vigilar sobre todo.

 

Cuando presentamos estas imágenes, demasiadas por desgracia, comprobamos que son muchas las personas que se quedan impresionadas y casi todas “avergonzadas” por el comportamiento de los que llevan sin pudor la camiseta de socorristas y dicen ser socorristas. También solemos comprobar miradas de extrañeza y desconfianza, como si no supieran bien dónde se están metiendo. Y en muchas personas vemos miradas decididas, miradas de comprensión total acerca de lo que les mostramos y explicamos, miradas que nos comunican que están decididos a ponerse del bando de los auténticos socorristas profesionales, de aquéllos que van a entender bien la trascendencia de su trabajo, de los que están dispuestos a pasar frío o calor, de los que ya al comienzo tienen claro que quieren ser socorristas por el principal motivo de serlo: AYUDAR A LOS DEMÁS con sus conocimientos y su preparación.


Para los que vemos que no están muy convencidos en esta primera presentación, solemos decirles directamente: “Si todavía alguien tiene dudas, que intente imaginar que la persona que necesita de esta ayuda es ella misma o su familiar más querido, seguro que así ya no hay dudas”.


Hay una frase del Premio Nobel de literatura en 1915, el escritor francés Romain Rollad (1866-1944) que solemos utilizar: “Basta un instante para hacer un héroe, y una vida entera para hacer un hombre”. Y comentamos a continuación que nosotros no queremos formar a héroes, y mucho menos a héroes que arriesguen su vida y lleguen a morir. Para hacerlo nos bastaría un instante. Nosotros queremos formar a profesionales, a hombres o mujeres que tengan  una vida entera para demostrar que hacen bien su trabajo.


Y para conseguirlo necesitamos un tiempo amplio en el que ellos participen al máximo, de tal forma que en el proceso de enseñanza-aprendizaje lleguen a consolidar una base sólida de valores humanos y actitudes profesionales, que les estimularán para llegar a ser buenos socorristas acuáticos dominando el medio acuático, teniendo una condición física idónea y adquiriendo los conocimientos necesarios para intervenir con eficacia en situaciones de emergencia.

Los valores humanos y las actitudes profesionales que van a precisar son fáciles de entender y a todos nos gustaría ser tratados cumpliendo lo que significan: altruismo, apoyo, ayuda, compromiso, cooperación, dignidad, entrega, fraternidad, honestidad, honradez, humanidad, integridad, justicia, lealtad, protección, prudencia, seguridad, servicio, solidaridad, voluntariedad. Es muy sencillo, porque todos estos valores y actitudes se pueden englobar en dos: RESPETO y RESPONSABILIDAD.

Respeto por la vida, respeto por las personas. Responsabilidad en el trabajo, responsabilidad en la vida.

Es, quizá, lo más positivo de mi trabajo, el esfuerzo por comunicar que somos útiles, que podemos ser buenos profesionales del socorrismo y que gracias a nuestro trabajo podremos prevenir muchísimos incidentes y situaciones de emergencia en el medio acuático y, en algunas ocasiones, muy pocas, salvar la vida de alguien.

Yo, particularmente, siempre me he empeñado, me empeño y me seguiré empeñando en transmitir lo difícil que es ser un buen socorrista y lo fácil que es caer en los errores de siempre, en los fallos que tantas veces hemos visto y fotografiado durante el horario de trabajo. Errores y fallos que he comentado anteriormente. Y siempre comento y comentaré que estoy harto de comprobar que los socorristas que tienen motivos única y puramente económicos, mercantiles y materiales suelen ser los que más caen en estos errores y fallos.

En fin, que debemos seguir poniendo toda nuestra fuerza y todo nuestro entusiasmo en animar a los que trabajan en socorrismo hacia los valores humanos y las actitudes profesionales. Debemos ser capaces de hacerles entender que su trabajo es un servicio a los demás, sabiendo que cuando menos se espera alguien te necesita al cien por cien y de ti depende el salvar la vida de una persona.

El gran escritor portugués y premio Nobel José Saramago en uno de sus libros menos conocidos (Claraboya), dejó escrito lo siguiente: “Aprendí que, tras esta vida desgraciada que los hombres llevan, hay un gran ideal, una gran esperanza. Aprendí que la vida de cada uno de nosotros debe estar orientada por esa esperanza y por ese ideal… La experiencia sólo vale cuando es útil a otros.”


Así es y yo suelo decir a mis alumnos que ninguno de ellos elegiría una medalla o un récord deportivo antes que la posibilidad de salvar una vida.Se piensa de forma generalizada, sin analizar si es acertado o no, que a las personas las mueve más fácilmente motivos puramente económicos, mercantiles y materiales; mientras que motivos sociales y éticos suelen olvidarse o relegarse a un segundo plano. Y no es cierto, tal y como defiende Eduardo Punset (XL Semanal, 27 de julio de 2008), al citar un experimento que tiene relación con lo que suele mover más y mejor a las personas:


“Les dieron a tres grupos de personas un encargo para que jugaran con el ordenador. Lo que tenían que hacer era meter un circulito en un cuadrado haciéndolo pasar por un sitio un poco difícil. Al primer grupo se le pagaba muy bien por hacerlo, al segundo grupo se le pagaba mal y al tercero no se le pagaba nada, pero se le decía que aquello tenía una importancia social y ética enorme porque de ello dependía la curación de gente que no conocían. En el grupo bien pagado hubo un porcentaje de aciertos del 70 por ciento, en el mal pagado el porcentaje fue del 40 y en el último grupo, al que no se le pagaba nada, pero que conocía la importancia ética o social del asunto, el acierto superaba el 95 por ciento. Así que ahora sabemos que no somos tan malos como parecemos.”

Cada día tengo más claro que la mejor cadena de supervivencia es la formación como educadores que hemos recibimos y que podemos transmitir a otros y así sucesivamente. Con ello se salvarán muchas vidas.


Todos deberíamos ser conscientes de que las labores de educar, enseñar, transmitir, concienciar son fundamentales porque con ellas estamos previniendo, y con la prevención estamos salvando vidas.


En esto consiste el auténtico socorrismo. De esto trata la vocación y la satisfacción que produce hacer bien el trabajo en socorrismo.

Valores humanos y actitudes profesionales, es así de sencillo.

Dr. José Palacios Aguilar





Doctor en Educación Física (Universidad de A Coruña, 1999). Licenciado en Educación Física (Universidad Politécnica de Madrid, 1987). Primer Premio Nacional de Terminación de Estudios (Ministerio de Educación y Ciencia, 15 de junio de 1988). Coordinador del Grupo de Investigación en "Actividades Acuáticas y Socorrismo". Departamento de Educación Física y Deportiva - Universidad de A Coruña. Profesor de las asignaturas “Actividades Acuáticas Saludables y Socorrismo” y “Juegos y Recreación Deportiva” en la Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física – Universidad de A Coruña, desde el curso 1988/89 hasta la actualidad. Experto formativo en el Instituto Nacional de las Cualificaciones del Ministerio de Educación de España para la elaboración de las cualificaciones profesionales de socorrismo. Experto formativo/tecnológico en el Servicio Público de Empleo Estatal del Ministerio de Trabajo de España para la elaboración de los certificados de profesionalidad de socorrismo. Vicepresidente 1º de ADEAC-FEE (Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor - Fundación de Educación Ambiental), responsable en España de la Campaña Bandera Azul, desde junio de 2007 hasta la actualidad. Miembro del Jurado Nacional de “Playas y Puertos Bandera Azul” en España. Desde 1997 hasta la actualidad. Profesor en Programas de Doctorado y Postgrado, Cursos, Seminarios y Jornadas en centros universitarios de Argentina, España, Chile, México y Portugal. Autor de libros (29), capítulos de libros (30), monografías (20) y artículos (80) sobre actividades acuáticas, salvamento, socorrismo, protección civil y juegos.

A pesar de este magnífico Curriculun Vitae a Pepe como a Luís Miguel los podemos definir como Socorristas Acuáticos de forma altruista y vocacional.

¿Qué hace un Socorrista?

Más frecuentemente de lo que sería normal o deseable, recibimos consultas de Socorristas acerca de sus cometidos en una piscina.

Las consultas, además, casi siempre giran sobre el mismo concepto: ¿Tiene el Socorrista que hacer otros cometidos distintos de los que tiene asignado como Socorrista Profesional?. La casuística es muy variada: pasar el limpia fondos; controlar los parámetros del agua; limpiar vestuarios y aseos; hacer de camarero, taquillero, etc, y casi siempre con la misma premisa: “Como el Socorrista no hace nada, entonces que haga...”.

Únicamente para enmarcar claramente cuáles son los cometidos de un Socorrista en una instalación acuática, vayamos a la definición que el INCUAL hace de sus competencias profesionales:

 Competencia general
- Velar por la seguridad de los usuarios de piscinas e instalaciones acuáticas, previniendo situaciones potencialmente peligrosas e interviniendo de forma eficaz ante un accidente o situación de emergencia.
Unidades de competencia
- Prevenir accidentes o situaciones de emergencia en instalaciones acuáticas, velando por la seguridad de los usuarios.
- Asistir como primer interviniente en caso de accidente o situación de emergencia.
- Ejecutar técnicas específicas de natación con eficacia y seguridad
- Rescatar personas en caso de accidente o situación de emergencia que se produzca en el medio acuático.

¿A estas alturas hace falta seguir insistiendo en cuáles son los cometidos que debe o no realizar un Socorrista?. Podemos entender que muchos empresarios y usuarios sigan pensando que el Socorrista es una exigencia normativa y por tanto intenten aprovechar al máximo a un empleado o Socorrista que aparentemente “no hace nada” encomendándole o dando por sentado que tiene que hacer otras tareas, y somos conscientes de que la gran mayoría de los Socorristas las hacen en mayor o menor medida. Pero ¿han de hacerlas? Y sobre todo ¿han de hacerlas durante el tiempo en que la piscina está abierta al público?. ¿En qué medida?.

Además hay otro aspecto importante que se descuida más a menudo de lo que parece y es que tanto los empresarios como los usuarios no exigen, ni a menudo se quejan, y es cuando un Socorrista es descuidado o negligente en sus tareas, lee o escucha música con usuarios en el agua; utiliza el móvil; charla dando la espalda al vaso; “vigila” desde el bar o simplemente no se comporta diligentemente como cualquier empleado debe hacerlo en su trabajo. Si los Socorristas estamos exigiendo respeto a nuestro trabajo, somos los primeros que debemos comportarnos responsablemente.

Como nos insisten los Asesores Jurídicos, la clave estará en la interpretación que un juez hará en caso de cualquier reclamación: ¿Esas tareas entraban en conflicto con los cometidos normalmente admitidos, como son la prevención, vigilancia y actuación?. ¿Se estaban realizando esas tareas al mismo tiempo y por tanto interfería con la vigilancia?. ¿De quién será la responsabilidad si ocurre un incidente?. ¿Estaba el Socorrista realizando su tarea con competencia y responsabilidad?. ¿La empresa tenía un sistema de supervisión adecuado cuidado de que todo lo necesario estuviese en orden, incluida la organización de los cometidos del Socorrista?.

Lo fácil dejar las cosas como están, incluso aunque estén mal, porque "como nunca pasa nada....". Pero en Socorrismo, cuando pasa algo hay vidas en juego: la vida de la víctima, que puede perderla en un ahogamiento y la de su familia y allegados que verán lastradas sus existencias; la vida del Socorrista, que aún actuando de forma impecable a buen seguro le traerá secuelas si la víctima sufre daño; la del empresario, que tendrá que asumir las consecuencias de un ahogamiento en su instalación, aunque no sea punible. En definitiva, la responsabilidad y el daño se pueden extender como una mancha en el agua afectando a muchas personas.

La responsabilidad y seriedad profesional de un Socorrista que trabaja profesionalmente, aunque sea temporalmente, y la de las empresas que los contratan, pasa inevitablemente por un cambio de mentalidad. El "nunca pasa nada" tiene que sustituirse por el "si pasa algo estoy preparado". Sólo así podremos abordar con eficacia nuestra labor y merecer el respeto y el reconocimiento que ahora, por desgracia, no se nos otorga.

Luis Miguel Pascual
Director Técnico Docente
Tel: 921 43 54 07 - 644.056.686