Mito 1: El socorrista no hace NADA
Cada persona no relacionada con el mundo de la seguridad acuática o que nunca había visto actuar a un socorrista profesional dirá que el socorrista no hace absolutamente nada.
Vigilancia
Esta es la imagen exterior que percibe toda la gente. Pero hay miles de procesos interiores que pasan en la mente del socorrista durante su jornada laboral. El socorrista en cada momento debe de analizar el estado de salud de los bañistas, valorar la peligrosidad de sus comportamientos, combatir pensamientos ajenos al trabajo, valorar el estado estético y de seguridad de la instalación, etc. Nuestro cerebro es el mayor consumidor de energía y es cierto que después de una jornada de “no hacer nada” la persona siente como si hubiese estado descargando camiones.
Hagamos un experimento: vamos a vigilar el movimiento de la flecha del reloj durante un minuto y apuntamos cada vez que esta vigilancia ha sido interrumpida por cualquier otro pensamiento. ¿Cuántas veces nos hemos interrumpido durante un solo minuto? Para volver a vigilar la flecha tenemos que hacer un esfuerzo. Calculamos que en una jornada de 8 horas hay 480 minutos en los cuales tenemos que mantener este nivel de concentración para prevenir riesgos, multiplicamos la cantidad de nuestros interrupciones por la cantidad de minutos sin contar que la concentración prolongada requiere más esfuerzo y tendrás más interrupciones - ¿seguimos pensando que vigilar es fácil?
Actuación bajo presión
El socorrista profesional debe de estar preparado para actuar en situaciones de emergencia, es decir tener la mente fría, tomar decisiones bajo presión y actuar breve, claro y conciso rodeado de un caos, gente que pierde el control, tienen ataques de pánico y ansiedad, gritan, molestan y dan consejos sin sentido.
Primeros Auxilios
Los primeros auxilios al nivel de rozaduras, cortes pequeños o quemaduras de primer – segundo grado (p.ej. quemaduras solares) son cotidianos y fáciles de prestar auxilio. Pero ¿es fácil atender a una persona con una parada cardio respiratoria? Para entender este supuesto toma un ejemplo extremo: a los estudiantes de medicina primero los llevan a la morgue y solo los que aguantan allí pueden seguir estudiando. Atender a una persona con signos de un cadáver no es fácil, en primer lugar porque tenemos que tener un contacto físico y en segundo lugar porque la gente de alrededor perderá el control y tendremos que realizar dos tareas a la vez - recuperar a la víctima y calmar a las personas presentes, ya que como mínimo pueden perturbar nuestra actuación y en un caso extremo podemos tener otra víctima de un ataque de ansiedad, lo cual complicará aun más nuestro trabajo.
Funciones adicionales
Una vez que el socorrista profesional está contratado, al no hacer nada, queremos darle más funciones adicionales por distintos motivos, para que justifiquen su contratación. El socorrista se encarga de limpieza, control de acceso, control de Cl/Ph, atención al cliente, servicio de toallas, también puede realizar tareas de ayudante de camarero, servicio técnico, jardinero, hamaquero, etc. Y últimamente de animador, monitor de natación y aqua gym, payaso, monitor de castillos hinchables, todo esta justificado.
Mito 2: El socorrista es un pesado que regaña por todo y no permite hacer nada
La primera función para cualquier socorrista profesional es prevenir riesgos, por lo cual el socorrista debe de prohibir actividades peligrosas por el bien del propio usuario.
En segundo lugar las instalaciones acuáticas como cualquier lugar público tiene normas de comportamiento para que todos usuarios puedan disfrutar sin molestias, ni tampoco hacerse daño o llegar a dañar a la instalación.
Es decir, por muy ridículo que parezca, el socorrista siempre actúa en beneficio del usuario.
Mito 3: El socorrista trabaja solo para ligar
Por supuesto, no podemos evitar el atractivo del joven deportista, que puede salvar vidas y actuar en casos de emergencia, pero un socorrista profesional no tiene tiempo para esto durante su jornada laboral, ya que debe de estar pendiente de la instalación en general y de cada usuario en particular. Nunca se sabe cuándo ocurrirá algún accidente, por ello tenemos que estar en alerta en cada momento, pero las cosas emocionantes como la búsqueda de pareja y cualquier situación emocionante en general, no nos ayuda a pensar con claridad, lo cual no nos permitía el poder realizar ninguna otra tarea.
Mito 4: Socorrista es un trabajo de playa
Este mito es parcialmente verdadero, ya que en el verano nuestras playas se llenan de jóvenes deportistas vestidos de diferentes colores, que velan por la seguridad de los bañistas. Pasando las vacaciones de verano en nuestras preciosas costas nos hemos quedado con este estereotipo. Este tipo de socorrismo también es muy conocido por los famosos “Los vigilantes de la playa”.
Los Centros Deportivos, Hoteles, Parques Acuáticos, Apartamentos, Comunidades de propietarios y Residencias, también tienen piscinas, que cuentan con seguridad acuática, las cuales necesitan contar con profesionales de salvamento, socorrismo acuático y primeros auxilios.
Mito 5: Socorrista trabaja solo en el verano
El verano genera mucho empleo también en el sector del socorrismo. Podemos decir que en el verano se necesita la mayor cantidad de socorristas. Por lo que todo el mundo interpreta que el socorrismo es una ocupación temporal para estudiantes o parados de otros sectores laborales, que ven en el socorrismo una ayuda temporal a su mala situación económica y no como una profesión, que necesita de una vocación y de unos valores para poder ejercer como socorrista profesional.
Afortunadamente los sectores de deporte y ocio no tienen temporadas. Los centros deportivos, hoteles y algunos parques acuáticos, necesitan servicio de socorrismo todo el año.