miércoles, 9 de abril de 2014

¿Qué hace un Socorrista?

Más frecuentemente de lo que sería normal o deseable, recibimos consultas de Socorristas acerca de sus cometidos en una piscina.

Las consultas, además, casi siempre giran sobre el mismo concepto: ¿Tiene el Socorrista que hacer otros cometidos distintos de los que tiene asignado como Socorrista Profesional?. La casuística es muy variada: pasar el limpia fondos; controlar los parámetros del agua; limpiar vestuarios y aseos; hacer de camarero, taquillero, etc, y casi siempre con la misma premisa: “Como el Socorrista no hace nada, entonces que haga...”.

Únicamente para enmarcar claramente cuáles son los cometidos de un Socorrista en una instalación acuática, vayamos a la definición que el INCUAL hace de sus competencias profesionales:

 Competencia general
- Velar por la seguridad de los usuarios de piscinas e instalaciones acuáticas, previniendo situaciones potencialmente peligrosas e interviniendo de forma eficaz ante un accidente o situación de emergencia.
Unidades de competencia
- Prevenir accidentes o situaciones de emergencia en instalaciones acuáticas, velando por la seguridad de los usuarios.
- Asistir como primer interviniente en caso de accidente o situación de emergencia.
- Ejecutar técnicas específicas de natación con eficacia y seguridad
- Rescatar personas en caso de accidente o situación de emergencia que se produzca en el medio acuático.

¿A estas alturas hace falta seguir insistiendo en cuáles son los cometidos que debe o no realizar un Socorrista?. Podemos entender que muchos empresarios y usuarios sigan pensando que el Socorrista es una exigencia normativa y por tanto intenten aprovechar al máximo a un empleado o Socorrista que aparentemente “no hace nada” encomendándole o dando por sentado que tiene que hacer otras tareas, y somos conscientes de que la gran mayoría de los Socorristas las hacen en mayor o menor medida. Pero ¿han de hacerlas? Y sobre todo ¿han de hacerlas durante el tiempo en que la piscina está abierta al público?. ¿En qué medida?.

Además hay otro aspecto importante que se descuida más a menudo de lo que parece y es que tanto los empresarios como los usuarios no exigen, ni a menudo se quejan, y es cuando un Socorrista es descuidado o negligente en sus tareas, lee o escucha música con usuarios en el agua; utiliza el móvil; charla dando la espalda al vaso; “vigila” desde el bar o simplemente no se comporta diligentemente como cualquier empleado debe hacerlo en su trabajo. Si los Socorristas estamos exigiendo respeto a nuestro trabajo, somos los primeros que debemos comportarnos responsablemente.

Como nos insisten los Asesores Jurídicos, la clave estará en la interpretación que un juez hará en caso de cualquier reclamación: ¿Esas tareas entraban en conflicto con los cometidos normalmente admitidos, como son la prevención, vigilancia y actuación?. ¿Se estaban realizando esas tareas al mismo tiempo y por tanto interfería con la vigilancia?. ¿De quién será la responsabilidad si ocurre un incidente?. ¿Estaba el Socorrista realizando su tarea con competencia y responsabilidad?. ¿La empresa tenía un sistema de supervisión adecuado cuidado de que todo lo necesario estuviese en orden, incluida la organización de los cometidos del Socorrista?.

Lo fácil dejar las cosas como están, incluso aunque estén mal, porque "como nunca pasa nada....". Pero en Socorrismo, cuando pasa algo hay vidas en juego: la vida de la víctima, que puede perderla en un ahogamiento y la de su familia y allegados que verán lastradas sus existencias; la vida del Socorrista, que aún actuando de forma impecable a buen seguro le traerá secuelas si la víctima sufre daño; la del empresario, que tendrá que asumir las consecuencias de un ahogamiento en su instalación, aunque no sea punible. En definitiva, la responsabilidad y el daño se pueden extender como una mancha en el agua afectando a muchas personas.

La responsabilidad y seriedad profesional de un Socorrista que trabaja profesionalmente, aunque sea temporalmente, y la de las empresas que los contratan, pasa inevitablemente por un cambio de mentalidad. El "nunca pasa nada" tiene que sustituirse por el "si pasa algo estoy preparado". Sólo así podremos abordar con eficacia nuestra labor y merecer el respeto y el reconocimiento que ahora, por desgracia, no se nos otorga.

Luis Miguel Pascual
Director Técnico Docente
Tel: 921 43 54 07 - 644.056.686

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